sábado, 24 de enero de 2009

EROTICA


Todas las noches pienso en ella, sueño con acariciar su pelo, con besar sus labios, con ver mis manos moverse como mariposas en su piel de terciopelo; solo pensar en su color canela me enloquece… me hace perder la razón, y a menudo la noción del tiempo.
La deseo, necesito poseerla, sentir el calor de su cuerpo, saborear su miel, gemir y susurrar en sus oídos, darle toda mi pasión. Necesito tomar el elixir de sus labios, respirar su aire, sentir la humedad de nuestros cuerpos enloquecidos en el éxtasis… del sexo con amor.
Oh! Por Dios como la deseo… Muerdo la almohada, y araño mi cuerpo tembloroso por la excitación.
Me masturbo cada noche pensando en ella, acaricio mi cuerpo anhelando que sus delicadas manos recorran el mio, y, a su vez imagino como las suyas me incitan a que yo recorra el suyo. Quiero conocer su pasión, su fogosidad, su mirada penetrante cuando alcancemos el orgasmo. Su cara desfigurada por el placer.
Quiero enterrar mi rostro entre sus firmes pechos; tan perfectos como el alba. Nos fundiremos en un abrazo, nuestros cuerpos se tensaran y se irán excitando, de nuevo lentamente; nuestros jadeos serán como el ruido de una vieja locomotora… se incrementarán a medida que lleguemos de nuevo al clímax. En ese momento de sumo placer los jadeos se convertirán en gritos locos de placer…
Pero tengo un problema…
¡No se como contarle que soy lesbiana!.
   "LA LIMITACIÓN MÁS GRANDE DEL SER HUMANO RESIDE EN SU PROPIA MENTE."